Mario Vargas Llosa recorrió la casa donde nació en Arequipa, que será convertida en centro cultural. Visitó los monasterios de Santa Catalina y Santa Teresa. Pasó unos momentos agradables con sus amigos y familiares. Prometió volver muy pronto. Fueron tres días muy intensos para el premio Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. Con muchas emociones al reencontrarse con sus recuerdos en la casa que lo vio nacer, el escritor arequipeño retorna hoy pasado el mediodía a Lima, para continuar con su agenda de reconocimientos en todo el mundo.
Ayer fue un día familiar. Era inevitable que por donde pasó la gente intentaba arrancarle una firma para su libro o un breve saludo, y otros sólo se contentaron con tocarlo e incluso mirarlo. Durante dos días la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino, lo acompañó a todos los actos protocolares. Ayer miércoles se sumó a la comitiva el ministro de Cultura, Juan Ossio, con quien tuvo una actividad turística por la ciudad.
Llegó desde muy temprano a la casa que lo vio nacer, en la primera cuadra de la avenida Parra, que ahora lleva su nombre. Además allí implementarán un centro cultural con apoyo de la empresa privada, una casa que exhibirá sus libros, fotos y algunos objetos personales, pero también pidió que sea un lugar de lectura para los jóvenes.
El Nobel de Literatura 2010 llegó acompañado por su esposa Patricia, familiares y amigos. Luis Llosa, primo del escritor, se encargará de llevar adelante el proyecto que busca convertir la vivienda, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, en un centro cultural. La casa que escuchó los primeros llantos del escritor fue vendida en junio del año pasado por Martha Valdivia Vinelli en más de medio millón de dólares y la adquirió la empresa inmobiliaria Mafer Real, quienes luego la vendieron a la empresa Unique.
A su salida, Vargas Llosa indicó que se trata de un proyecto que está en marcha y que el deseo no es convertirla en un museo sino en un centro cultural, en donde se puedan hacer salas de lectura, mesas redondas y conferencias.
“Existe la posibilidad de leer y trabajar aquí (en la casa), me hace gran ilusión”, expresó a la prensa al señalar que durante su recorrido por los diferentes ambientes del inmueble le vinieron muchos recuerdos que heredó de su madre y abuelos.
“Decían que desde esta casa se veían el Chachani y el Misti, y acabo de verlo”, dijo.
Durante la visita, el presidente de la Cámara de Comercio de Arequipa, Julio Morriberón Rojas, le entregó un dibujo de la fachada de la vivienda elaborado con la técnica de lápiz a mano alzada en carboncillo realizada por el artista Leo Ugarte. La muestra de 60 por 45 centímetros (la original) fue entregada al escritor, y 2 mil copias serán distribuidas entre autoridades y socios del gremio empresarial.
En el dibujo se puede apreciar un fragmento del discurso de agradecimiento que ofreció Mario Vargas Llosa en la ceremonia realizada en Estocolmo durante su distinción como premio Nobel de Literatura.
"El Perú es para mí una Arequipa donde nací, pero nunca viví, una ciudad que mi madre, mis abuelos y mis tíos me enseñaron a conocer a través de sus recuerdos y añoranzas, porque toda mi tribu familiar, como suelen hacer los arequipeños, se llevó siempre a la Ciudad Blanca con ella en su andariega existencia", dice la imagen.
EN SANTA TERESA
Su recorrido en el museo y monasterio de Santa Teresa fue para Vargas Llosa una experiencia que la calificó de extraordinaria, pues recién conoció las valiosas joyas este museo y tuvo el privilegio de ingresar, de manera excepcional, a la zona de claustro donde 22 religiosas de vida contemplativa tuvieron el permiso para recibirlo.
Escuchó algunas de sus historias y luego de degustar los pastelillos elaborados por las hermanas se dirigió caminando hasta una clásica casona del siglo XIX de propiedad del periodista y director de El Pueblo, Carlos Meneses Cornejo, y su esposa, Imelda Málaga. Los anfitriones le invitaron “guargüeros” (pastel con manjar blanco) y la gaseosa Escocesa, típica de Arequipa.
Aceptó de buen agrado firmar algunos libros. Luego dialogó con Meneses detalles sobre la coincidencia de su nacimiento. Los dos llegaron a este mundo el mismo día y atendió a sus madres la misma partera, la misteriosa Miss Pitcher, ciudadana inglesa que –según algunos relatos de la época - por esos días vivía en la ciudad y era parte de una comunidad protestante. Miss Pitcher sabía de alumbramientos y pese a no ser una obstetra certificada (sólo habían 9 en Arequipa en 1936) solía hacer las veces de comadrona, y quien horas después también atendería a la madre de Carlos Meneses, quien nacía en la calle Melgar. Ambos por el cumpleaños compartido del 28 de marzo se dieron un abrazo adelantado.
Recibió de regalo dos libros históricos de inicios del siglo XIX, únicas piezas literarias del bisabuelo de Don Carlos Meneses, Andrés Meneses del Pino. Uno es del escritor Pérez Galdós de 1890, y el otro de Selgas de 1894, los que fueron especialmente elogiados por el ministro de Cultura, Juan Ossio, y por el propio Vargas Llosa.
Con sencillez y mucha cordialidad, la familia Vargas Llosa, Patricia, Morgana, Isabela, Anaís, Luis, y sus familiares, recorrieron los salones y hasta se tomaron fotos con los recuerdos de una casa característica de Arequipa, muy contentos se dirigieron hasta el convento de Santa Catalina, para luego muy cerca de allí almorzaron en la Trattoria; y por la tarde descansaron.
Hoy, pasado el mediodía retornarán a Lima, tomando aire puro por el parque Selva Alegre y desde su hotel desde donde observa los volcanes tutelares de su querida tierra natal, el escritor arequipeño culmina su corta permanencia en la ciudad, de la que se llevará gratos e inolvidables recuerdos.
Fuente: El Pueblo