El gerente de la Junta de Usuarios del Chili Regulado, Miguel Siu Vergara, está convencido de que los agricultores no han encontrado motivación para tomar la decisión de tecnificar sus campos.
De las 7 mil 400 hectáreas que hay en la campiña de Arequipa, sólo 150 hectáreas tienen riego por goteo, el resto recibe agua por gravedad, o lo que es peor, por inundación, frecuente en el cultivo de la alfalfa.
Reconoce que la debilidad de los agricultores locales está en modernizar el trabajo en la chacra.
Aunque hubiera llovido menos, la cantidad de agua que se almacena en la represas podría permitir pensar en ampliar los campos de cultivo, pero existe desperdicio y un uso poco eficiente, alega el gerente de la Junta de Usuarios, al tiempo de referir que cambiar el sistema de riego cuesta entre 4 mil y 4 mil 500 dólares por hectárea.
El dinero siempre será una limitación, más aún cuando los cultivos son tradicionales, pero no significan desterrar esta posibilidad.
Edwin Carcausto Bedregal, asistente de campo de la Junta de Usuarios del Chili Regulado, precisa que en el caso de la cebolla verde, si se riega por gravedad se puede sacar entre 7 a 8 mil kilos por topo, pero con el riego tecnificado se obtiene entre 10 y 15 mil kilos por topo, el doble.
En el caso de la cebolla seca, la producción con riego tecnificado fácilmente llega a los 60 mil kilos por hectárea, pero las condiciones de riego actual permiten una producción de entre 20 mil y 25 mil kilos por hectárea. Las ventajas son notorias, sólo hace falta la decisión.
También hay ahorro de agua, al año y en promedio en Arequipa se destinan 23 mil metros cúbicos por hectárea, si el riego se manejara de otra forma se usaría entre 10 mil y 12 mil metros cúbicos.
DATO
Se puede pensar en construir nuevas represas, sin embargo, para Sui Vergara, las instituciones que monitorean el clima y los diferentes fenómenos deben garantizar que una lluvia, como la del 2011, volverá a registrarse sin problemas el próximo año.
Fuente: El Pueblo
