En Christchurch las autoridades creen que un milagro permitirá sacar gente con vida entre los escombros.
Las autoridades de Nueva Zelanda elevaron hoy a 145 los muertos por el terremoto del martes en la ciudad de Christchurch, con apenas esperanza de encontrar con vida entre los más de 200 desaparecidos.
Varias réplicas del sismo derrumbaron la fachada de decenas de edificios, y los equipos de rescate confundieron los gritos de un posible superviviente bajo las ruinas con el maullido de un gato, indicó a la televisión el jefe de los equipos de rescate, Russell Gibson.
Gibson afirmó que pese a que ya han pasado cinco días de la tragedia, todavía cree en un milagro, “y Nueva Zelanda se lo merece”.
El primer ministro neozelandés, John Key, visitó la “zona cero” en Christchurch y anunció que todo el país guardará dos minutos de silencio en memoria de las víctimas cuando el próximo martes se cumpla una semana del temblor.
“Sin duda es la mayor tragedia de nuestra historia”, dijo Key.
El jefe de la Policía en el condado de Canterbury, Dave Cliff, señaló que hasta el momento han recuperado 145 cadáveres, y no se espera encontrar más cuerpos sin vida en las próximas horas.
Las autoridades esperan que el saldo mortal vaya subiendo en cuentagotas, puesto que las víctimas están enterradas bajo montañas de escombros y metal retorcido por el sismo.
“Debéis entender que debéis prepararos para lo peor. Esto no se va a arreglar en unos pocos días”, lamentó al dirigirse a las familias de los damnificados el alcalde de Christchurch, Bob Parker.
El suministro eléctrico se ha restablecido en casi todos los distritos, pero la mayoría de residentes continúa sin agua potable y se sustentan con la ayuda de los servicios de emergencia.
Unos 800 retretes portátiles han sido repartidos por los barrios con las cañerías destrozadas para evitar la propagación de enfermedades, mientras los ingenieros indicaron que habrá que tirar abajo un tercio del área metropolitana para evitar más derrumbes.
Los equipos de rescate no han detectado ninguna señal de vida desde el miércoles, 24 horas después de producirse el temblor.
Hasta 120 personas podrían estar sepultadas dentro de la sede de la televisión local CTV, entre ellos 60 estudiantes y profesores de la escuela de idiomas King’s Education de veinte nacionalidades distintas.